Yellowstone fue el teatro de explosiones gigantescas, entrecruzadas de fenómenos telúricos más discretos. La última explosión ocurrió hace aproximadamente 642.000 años. La lava acumulada durante milenios bajo la corteza terrestre estalló, proyectando miles de kilómetros cúbicos de rocas. El techo que cubría la cámara magmática se aplastó, formando un cajón de hundimiento llamado caldera, que hoy compone la parte central del parque. Las nubes piroplásticas taparon la luz solar durante años. A partir de entonces, otras erupciones menores, pero múltiples, llenaron en parte la caldera. Aún se pueden reconocer los bordes escarpados. El vulcanismo sigue siendo muy activo en Yellowstone, donde se contabilizan alrededor de 300 géiseres, dando prueba de la fuerza de las actividades subterráneas.
Actualmente, Yellowstone revive una fase similar a la primera etapa. La lava sigue acumulándose, inflando la corteza terrestre. La altitud del fondo del actual cajón de hundimiento ha aumentado en 70 cm durante estos últimos 50 años.
Se han hallado rastros de 50 explosiones como ésta.
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