domingo, 28 de marzo de 2010

Evolución humana entre el frío y el calor

http://geneura.ugr.es/~jmerelo/atalaya/print.cgi?id=/historias/23680=Ciencia%2015Perteneciente al infraorden de los catarrinos, el Homo Sapiens parece tener su ancestro, junto con todos los primates catarrinos, en un período que va de los 50 a 33 millones de años antes del presente (AP).
El ser humano actual probablemente descienda de esa antigua especie.
En cuanto a la bipedestación, ésta se observa en ciertos primates a partir del Mioceno. La bipedestación parece haber sido común en Orrorin y Ardipithecus.
Remontando la bipedestación a quizás a unos 8 millones de años AP, la andadura o forma de marcha típica del humano moderno se consolida aproximadamente hace al menos unos 1,5 millones de años con el Homo erectus o con el Homo ergaster.
Probablemente cuando los ancestros del Homo sapiens vivían en selvas comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en vitamina C, pudieron perder la capacidad metabólica que tiene la mayoría de los animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina; ya antes parecen haber perdido la capacidad de digerir la celulosa.

La pérdida de la capacidad de metabolizar ciertos nutrientes como la vitamina C habría sido compensada por una mutación favorable que permite al Homo sapiens una metabolización óptima (ausente en primates) del almidón y así una rápida y "barata" obtención de energía, particularmente útil para el cerebro.
El Homo sapiens parece ser una criatura bastante indefensa y como respuesta satisfactoria la única solución evolutiva que ha tenido es su complejísimo sistema nervioso central, espoleado principalmente por la busca de nuevas fuentes de alimentación.
Se ha observado que la cefalización aumentó paralelamente al incremento de consumo de carne. La habilidad humana para digerir alimentos con alto contenido de almidón, como las papas, podría explicar el éxito del Homo Sapiens en el planeta, sugiere un estudio genético.
El pliegue epicántico de los párpados existente en gran parte de las poblaciones del Asia y de América, el pliegue que hace 'bridados' en su aspecto externo a los ojos, ha sido una especialización de poblaciones que durante las glaciaciones debieron pervivir en lugares con abundancia de nieve: los ojos vulgarmente llamados "rasgados" entonces fueron el modo de adaptación para que los ojos no padecieran un excesivo reflejo de la luz solar reflejada por la nieve.

Las primeras modificaciones importantes que aparecen en la filogénesis de las especies que constituyen la línea evolutiva que desemboca en el Homo Sapiens.
Todos los cambios reseñados han sucedido en un periodo relativamente breve (aunque se mida en millones de años); esto explica la susceptibilidad de nuestra especie a afecciones en la columna vertebral y en la circulación sanguínea y linfática (por ejemplo, el corazón recibe -relativamente- "poca" sangre).
Toda la historia de la humanidad se explica por la lucha por la supervivencia entre el hielo de los períodos glaciares y el calor de los interglaciares.

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