miércoles, 30 de marzo de 2011

Mitos del interior de la Tierra

En el interior de la Tierra habría:
Hemisferio Norte: Agharta
Hemisferio Sur: El Dorado

http://hallegadolaluz.blogspot.com.ar/2011/06/el-dorado-el-interior-del-planeta.html

Bajo la corteza del planeta existen dos grandes continentes: "Agharta" y "El Dorado". La entrada principal del continente "Agharta" se encuentra en el Polo Norte, mientras que la de "El Dorado" se encuentra en el Polo Sur. Los dos continentes comunican por medio de túneles subterráneos, recorridos con aparatos, científica y tecnológicamente perfectos.

El Dorado existe realmente; forjada en oro puro ha sido construida mucho tiempo antes de la desaparición de la Atlántida;

Utiliza ciencia y medios recibidos de los Confederados Interplanetarios multidimensionales.
Su base operativa se encontraba en la isla de Poseidón, con el fin de instruir a los Atlantes sobre la ley cósmica y para realizar los presupuestos ideales con el intento de integrar al planeta Tierra en la confederación. Su progresiva degeneración impidió tal proyecto.
Algunos Atlantes no contaminados por la degeneración fueron, por su elección, destinados a poblar El Dorado. A otros, no suficientemente idóneos, les fue concedido emigrar, antes de que aconteciese el cataclismo, a Oriente y a Occidente (América Central, África Oriental, Egipto, Mesopotamia).
Actualmente en El Dorado existe una fecunda colaboración y una imponente actividad con el fin de salvar al planeta de una catástrofe nuclear.

La "Ciudad de Oro" es una parte de aquel paraíso terrestre, otro mítico lugar de bíblica memoria perdido por la humanidad, y que tiene vida propia, independiente de la vida en la superficie, alimentada por la energía de un Sol central de fisión nuclear en el núcleo del planeta.

Con una lujuriosa y rica vegetación, con lagos y ríos de agua cristalina purísima, con animales pacíficos y serviciales, con edificios confortables tutelados por estructuras de seguridad.

Sin embargo, El Dorado no está totalmente aislado del resto del planeta; tiene numerosas vías de comunicación, amplios y comodísimos túneles que permiten a los sofisticadísimos medios de que dispone la ciudad de oro, alcanzar la superficie.
Las principales salidas, las más utilizadas comúnmente por sus habitantes para sus misiones, son los dos polos.
Otras salidas secundarias existen en muchos puntos de la tierra, entre ellas el Triángulo de las Bermudas y el lago Titicaca de Perú.

En El Dorado también existe un cosmo-puerto capaz de acoger numerosas naves espaciales provenientes de los espacios externos.
Algunos exploradores de nuestro tiempo, aventurándose en las inmensas extensiones de hielo del Ártico y del Antártico, a la búsqueda, posiblemente, del punto focal de los Polos, narraron haberse encontrado fortuitamente ante una población de gigantes y de haberse adentrado en una zona rica en vegetación lujuriosa, no ciertamente polar, iluminada por una radiante luz dorada proveniente de una fuente, para ellos desconocida y acariciada por un clima benigno de eterna primavera. Naturalmente sus relatos fueron tomados como fantasías o alucinaciones. Pero no son pocos los testimonios de algunas poblaciones del Ártico, que, a menudo, narran ver enormes astronaves salir y entrar en lugares misteriosos de los que no encuentran trazas; mientras las poblaciones peruanas de las zonas andinas narran encontrarse periódicamente, desde tiempo inmemorial, con los Señores de la Luz, de dialogar con ellos llamándoles Grandes Padres, de recibirlos como huéspedes de honor y, sobre todo, de saber quiénes son y de donde provienen.

Se ha hablado, repetidas veces, de Hombres-Dioses, descendientes de las razas del pasado; de instructores de la humanidad presentes de incógnito sobre la tierra.
Gracias a las revelaciones de estos enviados especiales, instructores del mundo, sabemos que el pueblo del El Dorado está compuesto, en su mayoría, por terrestres, cuidadosamente elegidos, viviendo en fraterna comunión con habitantes de otros planetas que hacen parte de la Confederación.

Las coordinaciones de todas las estructuras sociales están confiadas a científicos, entre los cuales figura el eminente físico siciliano Ettore Mayorana (desaparecido misteriosamente en 1.938) y otros colegas suyos, también desaparecidos misteriosamente de la superficie de la Tierra. Con ellos trabajan otros científicos de la Confederación, a quienes será confiado el cometido de dirigir y administrar la evolución científica del planeta.

El pueblo de la "Ciudad de Oro" además de disfrutar de la libertad incondicional de atravesar tiempo-espacio, también disfruta el privilegio de transmitir un particular código genético (G.N.A.) a los que van a nacer, los cuales conservan la incorruptibilidad.
En casos excepcionales, o cuando determinados programas lo exigen, algunos de ellos o ellas pueden salir a la superficie, confundirse con la gente de la tierra volviéndose irreconocibles, vivir sus costumbres, escoger a un hombre o una mujer y procrear con el fin de introducir en el lugar seres portadores de su genética evolutiva.
Tal proceso acaece en ciclos particularmente importantes, referentes a la evolución de la humanidad, y esta fecundación ya está en curso desde hace años. Al final del siglo XX se han realizado muchas manipulaciones genéticas, de notable interés, en los que van a nacer.
Hay intervenciones directas e intervenciones indirectas: Las primeras son intervenciones realizadas directamente por el pueblo de El Dorado, las otras son intervenciones realizadas a través de sujetos, masculinos o femeninos, terrestres idóneos para transmitir el ADN de la genética superior.
Las intervenciones indirectas, sin embargo, pueden malograrse.
Los regidores de esta obra cósmica son los Elohim, potencias creadoras de forma y sustancia, patrones de la luz y portadores de la Inteligencia Omnicreante. Son arquetipos y guías de la confederación interplanetaria. Su naturaleza es astral y poseen capacidades multidimensionales. Viven en el espacio pero, si quieren, pueden crearse un cuerpo físico.

 Dibujo de Margaret Seidler. Valencia. España
Son ellos los que han hecho al hombre a su imagen y semejanza.
En la Ciudad de Oro no existen ni templos ni iglesias, no se ofician ritos, ni se realizan cultos, ya que la ley, la religión del pueblo de El Dorado es: "Ama a tu prójimo tanto como a ti mismo". La justicia, la paz, el amor, la fraternidad están en el corazón de todo habitante.

El mal y el error no perdurarán para siempre.
A toda catástrofe sucede un renacimiento y una purificación.

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